Para algunos estudiantes los exámenes son una fuente de ansiedad. Cuando esa ansiedad se descontrola no das lo mejor de ti. ¿Cómo superar la ansiedad ante los exámenes?
Lo más importante es el modo en que interpretas la situación. Ahí está la diferencia entre mantener un cierto nivel de ansiedad (deseable para estar atento a los detalles en el examen) y un nivel tan elevado que no te deje actuar como eres y que no te permita demostrar lo que has aprendido.
Si tienes pensamientos del tipo:
- “Mi futuro en la vida depende de las notas que saque”
- “Los demás se lo saben muy bien y yo no tengo ni idea”
- “Si no apruebo defraudaré a mis padres”
- “No me va a dar tiempo de repasarlo bien”…
aumentarás tu ansiedad y no serán de ayuda en absoluto.
Puede que algunas de esas ideas que dan vueltas en tu cabeza sean importantes, pero ahora no es el momento de que te pares a analizarlas. Trata de aplazar esos pensamientos. No permitas que interfieran en tu concentración.
La ansiedad ante los exámenes puede surgir de una mala experiencia anterior. Por ejemplo, si te bloqueaste en alguna ocasión y te quedaste en blanco. Si te has preparado el temario, la ansiedad puede surgir por tus pensamientos negativos basados en experiencias pasadas o sobre las posibles consecuencias futuras si no realizas bien la prueba y obtienes el resultado deseado.
También puedes sentir ansiedad ante los exámenes si no has preparado los temas adecuadamente, o si te has dado un “atracón” a estudiar a última hora.
¿Cómo te afecta la ansiedad ante los exámenes?
Te afecta en tres niveles: fisiológico, psicológico y emocional.
- Nivel fisiológico:
- taquicardias
- tensión muscular
- náuseas
- boca seca
- sudoración excesiva…
- Nivel psicológico:
- incapaz de tomar decisiones
- paralizado, no puedes actuar
- dificultades para leer y entender lo que lees
- problemas para organizar tus pensamientos
- no recuerdas conceptos o palabras aprendidos…
- Nivel emocional:
- inquietud
- enfado
- desamparo…
Caminando hacia la solución
Primero, conócete a ti mismo
Todos somos diferentes y trabajamos a distintos ritmos. ¿A qué hora del día te concentras mejor? ¿En qué lugar eres más productivo?
¿Problemas de concentración? Analiza qué te está ocurriendo.
Organizando tu estudio
- Organiza tus tareas de manera realista. Tienes que calcular cuánto tiempo te llevará leer, cuánto preparar ejercicios, cuánto repasar…
- Es imprescindible establecer un horario de estudio días antes del examen. Distribuye la materia concreta en días y deja los dos últimos para repasar.
- Haz un horario que seas capaz de cumplir.
- Cada 50 minutos de estudio continuado, descansa 10. Levántate, estira las piernas, bebe un vaso de agua, come alguna pieza de fruta… Pero no alargues ni un minuto la hora de retomar tu estudio.
- Estudia siempre en el mismo lugar. Separado de las zonas de ocio: televisión, distracciones…No olvides desactivar las notificaciones del móvil o ponerlo en silencio.
- Elabora esquemas y resúmenes a partir de los que luego desarrollarás el tema.
- Aumenta la confianza en ti mismo realizando repasos regulares.
- Repasa no sólo leyendo, comenta con tus compañeros, explica el tema a alguien.
- Resuelve todas tus dudas, busca información.
Consideraciones básicas
- Realizar ejercicio físico como practicar algún deporte, dar paseos… te ayudará a disminuir tu ansiedad
- Cuida tu alimentación, que sea variada. No olvides incluir frutas y verduras. Evita excitantes como el café y el té. Ten presente que el alcohol puede afectar a tu memoria.
- Piensa bien sobre ti y tus posibilidades. Recordando situaciones similares de las que saliste con éxito.
Ante el examen
- Acude con tiempo suficiente.
- No comentes la materia con los compañeros antes de entrar a la prueba.
- Procura mantener la calma y la concentración.
- Cuando tengas el examen delante, lee las instrucciones un par de veces y calcula el tiempo que necesitarás para completarlo.
- No estés pendiente del ritmo de los demás, concéntrate en tu tarea.
- Recuerda que un poco de estrés te puede ayudar, pero demasiado te puede paralizar. Realiza algún ejercicio de respiración abdominal para mantenerlo a raya.
- Empieza a contestar las preguntas que mejor te sepas. No te quedes atascado en ninguna.
- Consulta con el profesor si tienes alguna duda sobre la prueba.
- Tras el examen puedes darte algún premio o capricho por el esfuerzo realizado.
No evites acudir al examen porque tengas miedo. Enfrentarte a situaciones que te provocan ansiedad te ayuda a mejorar tus habilidades para afrontar situaciones futuras. Es un proceso gradual, mejorarás poco a poco.
Si no logras rebajar tu nivel de ansiedad y tienes problemas estomacales, insomnio o cualquier otro síntoma, pide ayuda a un especialista.
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