En ocasiones, parece que un problema te supera y no sabes por dónde empezar a solucionarlo. Si te encuentras “atascado” sin saber qué hacer para salir del atolladero, puede que empieces a sentir síntomas de ansiedad y estrés y que la tristeza se apodere de ti. Si quieres aprender a resolver problemas puedes utilizar algunas estrategias de ayuda. Son las “técnicas de resolución de problemas”
Estás a 5 pasos de la solución
Estrategia a seguir para resolver problemas:
1º) Identifica tu problema
Puede que tengas problemas de diferentes tipos y de diferente gravedad. Para empezar, escribe una lista con todos tus problemas actuales y empieza a analizarlos uno a uno:
- ¿Es realmente un problema tuyo? Este primer punto es muy importante. Puede que tengas la tendencia de cargar con los problemas de otros, en ese caso no eres el encargado de solucionarlo. Así que, déjalo al margen.
- Realiza una descripción de cada uno de tus problemas de la manera más concreta posible.
- En este paso, no pienses en las posibles soluciones. Continúa hasta completar tu lista.
2º) Elige un problema de la lista
- Empieza por seleccionar un problema de tu lista, uno con el que hace tiempo tienes ganas de acabar y que intuyes que no sería demasiado complicado hacerlo. Poco a poco te irás encargando de todos hasta llegar a los más difíciles.
- Especifica el problema todo lo que puedas, así que huye de planteamientos generales, ve a lo concreto.
- Responde a las siguientes preguntas sobre ese problema que has elegido:
- ¿He solucionado en el pasado algún problema similar?
- ¿Cómo lo hice entonces?
- ¿Qué recursos utilicé en aquel momento?
- ¿Conozco a alguien que pudiera ayudarme con este problema? ¿Quién? Importante: NO lo tiene que solucionar, sólo ayudarte.
- Anota en una hoja TODAS las posibles soluciones que se te ocurran.
- Principio de cantidad: el máximo número. Cuantas más, mejor.
- Principio de variedad: cuanto más diferentes entre ellas sean, mejor. Da igual si te parecen buenas o malas en este momento. Incluso aunque te parezcan tonterías, anótalas. Es importante que compruebes que en tu lista aparezcan las dos soluciones extremas.
3º)Selecciona la solución
De todas las soluciones que has anotado en tu lista, elige 3. Ahora es el momento de que analices los pros y los contras de cada una de ellas. Puntúa cada aspecto de 0 a 10 puntos. Una vez comparadas, quédate con la que te parezca más acertada. Recuerda que si no funciona, podrás probar con la siguiente.
A partir de aquí no pienses más en el problema, céntrate en la solución.
4º)Traza un plan
Probablemente tu problema no se solucione de la noche a la mañana. Es necesario que elabores un plan que te lleve paso a paso hasta donde quieres llegar.
Lo importante ahora no es pensar en las soluciones, lo importante son las acciones que te llevarán a acabar con tu problema. Actúa!
¿Cómo tiene que ser tu plan?
- Alcanzable. No te propongas grandes proezas y empieza poco a poco. En conclusión, es preferible una acción más pequeña seguida de otra y otra.
- De acción. Lo importante es que de las ideas pases a la acción. Tener un plan está bien pero si no lo ejecutas no sirve para nada.
- Concreto. Es decir, es mucho más sencillo llevarlo a la práctica si especificas lo máximo posible qué vas a hacer.
- Con tiempo limitado. Especifica cuándo lo harás así como cuanto tiempo te llevará.
5º) Evalúa tu plan
En este punto del proceso, responde a estas preguntas:
- ¿Se solucionó tu problema?
- ¿Todavía no?
- ¿Ocurrió algo inesperado?
- ¿Qué funcionó?
- ¿Te sorprendió algo de lo que ocurrió?
Utiliza toda esta experiencia que has ganado en la planificación del paso siguiente.
¿qué hacer ahora?
- Puedes seguir con el mismo plan pero alargar el tiempo que habías determinado.
- Revisa si hay algo que modificar en ese plan para que sea más efectivo.
- Busca un camino diferente, así que revisa la hoja de las soluciones que propusiste para este problema y empieza con la siguiente solución.
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