La autoestima es la confianza que tienes en tus capacidades para enfrentarte a los desafíos que se te plantean en la vida.
Hoy te voy a contar un cuento:
Iba un niño con su padre en el tren. El recorrido duraría unas horas. El padre se acomodó en el asiento y abrió una revista para distraerse.
El niño le interrumpió preguntándole: “¿qué es eso?”, el hombre se volvió para ver qué era lo que señalaba su hijo, y le contestó: “es una granja, hijo”. Recomenzó su lectura y otra vez el niño le preguntó: “¿cuándo llegamos?”, el hombre le contestó que faltaba mucho.
Comenzó a leer nuevamente su revista y otra vez le interrumpió su hijo con otra pregunta, y así una y otra vez se iba repitiendo la situación, hasta que el padre, ya desesperado y buscando cómo distraer a su hijo, vio en la revista un mapa del mundo, lo cortó en pedacitos y se lo dio al niño diciéndole que era un rompecabezas y que lo armara.
Feliz se acomodó en su asiento, seguro de que el niño estaría entretenido por un buen rato. Levaba leyendo sólo un momento cuando el niño dijo: “ya terminé”. El padre exclamó: “imposible, no me lo puedo creer, ¿cómo lo has hecho tan pronto?. Pero ahí estaba el mapa del mundo perfecto.
Entonces el padre le preguntó a su hijo: “¿cómo pudiste armar el mundo tan rápido?”. El hijo le contestó: “yo no me fijé en el mundo; atrás de la hoja está la figura de un hombre; compuse al hombre y el mundo quedó arreglado”.
En ocasiones te empeñas en arreglar lo que está fuera de ti cuando la solución de muchos problemas podría pasar primero por lo que está dentro de ti.
La autoestima es la valoración que haces de ti mismo basándote en las sensaciones y experiencias que has tenido a lo largo de tu vida.
Esta autovaloración (soy listo, soy tonto, soy capaz, soy incapaz…) es muy importante. Si te sientes bien contigo mismo y tienes una sana autoestima entonces, te sientes capaz y con fuerzas para enfrentarte a los retos diarios de tu vida. Si por el contrario, no tienes una buena autoestima es probable que fracases porque te autolimitas.
Desde muy pequeño empiezas a formarte la idea que tienes de ti. Hay personas que te aceptan y personas que te rechazan. A partir de esas experiencias tempranas comienzas a generar tu autoimagen.
Si en esa época desarrollas una autoestima fuerte, te será más fácil superar las crisis de la adolescencia en las que pasas de la “dependencia” de tu familia a la “independencia”, es decir, a confiar en tus propios recursos.
Si tu autoestima es baja, es probable que tu forma de pensar no sea adecuada, lo que se conoce como distorsión del pensamiento. Puede que seas demasiado exigente contigo y con lo que crees que deberías ser o lograr.
¿Qué puedes hacer para mejorar tu autoestima?
- Busca pensamientos alternativos a los pensamientos negativos sobre ti que te acompañan
- Procura no generalizar. Nada es blanco o negro, nos movemos en una amplia gama de grises
- Trata de centrarte en algo que te enorgullezca cuando te autoevalúes
- Disfruta con plena consciencia de tus logros y éxitos
- No te compares. Eres un ser único, con tus virtudes y con tus defectos.
- Desarrolla la confianza en ti mismo y en tus capacidades. No te preocupes en exceso de la aprobación de los demás.
- Acéptate con tus virtudes y con tus defectos
- Trabaja para mejorar los aspectos de los que no estés satisfecho
Deja una respuesta