Tomar decisiones es una actividad que realizas continuamente en tu vida diaria. Algunas decisiones son rutinarias y nada trascendentales y otras son importantes y fundamentales para ti. Es decir, ya sea de manera automática o más elaborada, te pasas la vida tomando decisiones.
Esta actividad te llevaría todo tu tiempo, así que tu mente busca “atajos” para agilizar la labor. Pero en ocasiones esos atajos pueden llevarte a error. Aprende cómo funciona tu mente en la toma de decisiones.
Tomar decisiones: dos pasos fundamentales
El esquema de funcionamiento para tomar decisiones sería el siguiente:
- Generar alternativas
- Evaluar las alternativas
- probabilidad
- consecuencias de cada una de las alternativas
¿Qué alternativa elegir?
En general, la respuesta óptima es la que te ofrece mejor resultado a largo plazo
Pasos a seguir ante una decisión importante:
- Generar alternativas
Lo más importante en este paso es no desechar ninguna alternativa a priori. Aquí aparece la primera dificultad, porque la mayoría de las personas no consideran TODAS las alternativas posibles y es fundamental hacerlo para elegir la mejor.
- Evaluar las alternativas
- Cuál es su probabilidad de ocurrencia
- Cuáles son las consecuencias de cada una
Para tomar la mejor decisión, debes tener en cuenta tanto la probabilidad de que se dé como las consecuencias que vendrán, es decir, los beneficios o pérdidas que supondría.
Evaluando la probabilidad y los errores del pensamiento
A la hora de calcular la probabilidad de una alternativa para la toma de decisiones no utilizas unas leyes matemáticas exactas. Lo que usas son unas reglas de “andar por casa” que se llaman heurísticos.
Los heurísticos te permiten simplificar la tarea de asignar probabilidades y la tarea de predecir de una manera más simple. Te permiten ser más rápido pero en ocasiones pueden “engañarte”.
¿Cómo te engaña tu mente? Agunos ejemplos
- El heurístico de accesibilidad: lo que tienes más accesible en tu mente te parece más probable. Este atajo te puede llevar a conclusiones erróneas porque lo más accesible no es siempre lo más probable. Además de la frecuencia hay otras variables que influyen. Recuerdas mejor la información más reciente o la más impactante. Es por eso que cuando escuchas en las noticias que ha ocurrido un accidente de avión tiendes a considerar que ese tipo de accidentes son más frecuentes de lo que en realidad son.
- Heurístico de simulación: crees que es más probable algo si puedes anticiparlo o imaginarlo. Esto también te puede llevar a conclusiones desacertadas.
- Sesgo egocéntrico: crees que tu opinión respecto a algo es la más frecuente, porque es la más accesible para ti, pero puede que no sea así.
- Sesgo retrospectivo: Cuando ya conoces el resultado final crees que podrías haberlo predicho y que no podría haber sucedido de otra manera. Esto también es un error de pensamiento.
Conclusión
La toma de decisiones es constante en tu vida, desde que te levantas por la mañana y decides qué vas a desayunar, qué ropa te vas a poner… hasta decidir qué pasos seguirás hoy para alcanzar tus objetivos laborales o si continuarás o no con tu pareja. Decisiones intrascendentes y trascendentes ocupan todo tu día.
Ante una decisión importante debes generar todas las alternativas posibles y elegir la mejor a largo plazo. En el proceso de elección, ten en cuenta cómo funciona la mente y cuándo los atajos que utiliza pueden llevarte a error.
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Y ya sabes, que seas tú el que tome tus decisiones es lo mejor que puede ocurrirte porque si no lo haces alguien lo hará por ti y acabarás llevando la vida que otros quieran y no la que tú decidas.
Las expectativas pueden superar las necesidades, y la mayoría de personas esperan y hacen planes para obtener resultados. Si estás expectativas no se cumplen, puede haber conflicto